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Una visión de la justicia: La primera senadora ciega de Chile


Seamos sinceros, lo que más gusta a los ciudadanos de la política (yo no soy ninguna excepción) es la parte crítica. Es cierto que hay muchas cosas que se hacen mal, casos de corrupción, estrategias mal ejecutadas, otras que nunca se deberían haber ni planteado y que, aún así, se llevan a cabo… Cuando se hacen las cosas bien, la mayoría de ciudadanos está contenta, pero al fin y al cabo, es como tienen que hacerse las cosas, ¿no?

La verdad es que, de vez en cuando, también hay que aplaudir las buenas decisiones y el progreso. Tampoco hay que olvidar que, aunque a veces se dé algún paso hacia atrás, a largo plazo seguimos avanzando en la buena dirección.

En este caso hablamos de Fabiola Campillai, una madre indígena que ha ascendido en la política de Chile como senadora, después de haber sido gravemente herida en el fuego cruzado de una nación polarizada. Fabiola se dirigía a su puesto de trabajo en una fábrica cuando la policía descargó un bote de gas lacrimógeno en su cara durante las revueltas de 2019. Era un ambiente hostil, de protesta contra la desigualdad social, protestas contrarrestadas con brutalidad policial.

Este impactó tuvo severas consecuencias, le destrozó el cráneo, provocó fugas del líquido cefalorraquídeo hacia el cerebro y quedó privada de la vista, gusto y olfato. La reacción de sus agresores, la policía, fue lanzar más gases y retirarse. Fueron los vecinos quienes tuvieron que meterla con urgencia en un coche y llevarla al hospital.

Una lectura positiva de una experiencia negativa

Fabiola es una mujer que no tenía experiencia en política, madre indígena y trabajadora de a pie que ha decidido luchar por la justicia y convertirse en senadora de la República de Chile. Es consciente de que nunca recuperará sus ojos. Según dice, lo último que vio fue un hombre cruzando la calle para comprar el pan, era una tarde sin protestas en el tranquilo barrio de las afueras de Santiago, donde vive la senadora.

El autor de aquel disparo con gas lacrimógeno contra Campillai, a unos 50 metros de distancia es Patricio Maturana, oficial de los Carabineros de Chile. Después, Fabiola no recuerda nada más. Una terrible vivencia que cambio el rumbo de esta mujer para siempre, pero que, lejos de rendirse y lamentarse, decidió cambiar luchar para cambiar la sociedad en la que vive.

El nuevo presidente de Chile Gabriel Boric

Después de meses de operaciones y dura rehabilitación, se presentó como candidata al Senado y ganó en las mismas elecciones en las que subió al poder el presidente más joven de la historia, Gabriel Boric. Según sus propias palabras, quiso convertir una tremenda tragedia en una fortaleza y seguir luchando, no solamente desde la calle, como antes, sino desde la legislatura. Una actitud encomiable que da mucho que pensar y reflexionar.

Un hecho sin precedentes en Chile

Campillai trabajó como bombera voluntaria, fue jugadora de fútbol y organizadora comunitaria. Tenía una vida normal y activa y se acabó todo por culpa de la brutalidad policial. Actualmente no puede realizar esfuerzos como levantar pesos pesados, ya que podría verse expuesta a una fuga de líquido hacia el cerebro.

Cabe destacar que, lamentablemente, no se trata de un caso aislado. Durante las protestas de 2019, más de 400 chilenos perdieron totalmente o parcialmente la vista debido a golpes o disparos de la policía. Por su parte, los Carabineros se demoraron más de 8 meses en destituir a Maturana, tras investigar el caso.

Ella aseguró que ni el Gobierno ni los Carabineros se pusieron en contacto con ella en ningún momento. No tuvo ayuda más que de su familia y seres queridos, no obtuvo disculpas ni reconocimiento. Sin embargo, ella decidió hacer historia en contra de toda esta corriente de negatividad.

Fabiola piensa que un Chile digno debería tener una mejor educación, sanidad, vivienda y pensiones. Ella lucha por ello y asegura que quiere formar parte de este movimiento. Por suerte, el terreno que encontré fue un Chile repleto de estas mismas demandas, donde ha podido encontrar voces de apoyo.

Los ciudadanos mostraron apoyo, con movimientos que claman “Fabiola, no estás sola”. Campillai sabe que la justicia no es que Maturana pasé los años que sea en la cárcel. Ella sabe que su lucha va más allá y no es algo personal. Se trata de una representante mujer, no vidente e indígena, algo sin precedentes en la historia, un claro referente de que la sociedad está madurando y aprendiendo a valorar lo que realmente hace falta.

Durante su etapa electoral, recibió más de 15 mil patrocinios para que pudiese conseguirlo. El 21 de noviembre de 2021, fue elegida senadora y prestó juramento en marzo del año siguiente. Enseguida pasó a formar parte de la Comisión Permanente de Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadanía. Por supuesto, también ha tenido que afrontar grupos contrarios a su candidatura, gente que se oponía a sus ideales y sus declaraciones, pero al final podemos decir que se trata de una triste historia con final feliz. Al igual que Fabiola, hay que saber convertir nuestras flaquezas en virtudes y afrontar la vida con valentía.

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